Cómo hablar a los niños según María Montessori: 5 claves para conectar mejor

Cómo hablar a los niños según María Montessori: 5 claves para conectar mejor es un tema que interesa a muchos padres y educadores comprometidos con el desarrollo emocional y cognitivo de los más pequeños. La forma en que nos comunicamos con los niños no solo influye en su comprensión, sino también en su confianza y autoestima. Aplicar los principios de Montessori en la comunicación diaria puede transformar esa relación, haciendo que el niño se sienta respetado, escuchado y motivado para aprender. En este artículo descubrirás cinco claves sencillas pero poderosas para mejorar tu manera de hablar con los niños, basadas en las ideas de una pedagogía reconocida mundialmente. Al conocer estas estrategias, no solo favorecerás un vínculo más fuerte y auténtico con ellos, sino que también contribuirás a su autonomía y desarrollo integral. Si quieres crear un ambiente positivo y enriquecedor para los niños a tu cargo, aquí encontrarás consejos prácticos y efectivos para lograrlo. Sigue leyendo y comienza a conectar mejor con los niños gracias a los valiosos enfoques de María Montessori.

Tabla de contenido

Cómo aplicar la filosofía de María Montessori en la comunicación con los niños

Adoptar la filosofía Montessori en la comunicación diaria implica respetar el ritmo y la individualidad del niño. Evitar interrupciones o correcciones constantes permite que los pequeños se expresen con confianza y desarrollen autonomía. Hablar desde la calma y con paciencia crea un ambiente de seguridad donde los niños se sienten escuchados y valorados, fomentando así una relación más cercana y armoniosa.

Uno de los pilares fundamentales es usar un lenguaje claro y concreto. En lugar de órdenes vagamente formuladas, es recomendable emplear frases sencillas y precisas que los niños puedan entender fácilmente. Por ejemplo, en lugar de decir «compórtate bien», es más efectivo indicar acciones específicas, como «caminemos despacio para no caernos». Este enfoque promueve la comprensión y mejora la cooperación.

Además, María Montessori enfatiza la importancia de observar antes de intervenir. Escuchar atentamente sus preguntas, comentarios y silencios ofrece pistas sobre sus intereses, dudas y emociones. Esta atención activa permite responder con empatía, evitando imponer respuestas que limiten su pensamiento crítico o curiosidad. La comunicación se convierte así en un diálogo enriquecedor, no en un monólogo.

El uso del ejemplo es otra herramienta poderosa dentro de esta filosofía. Los adultos deben reflejar con sus palabras y acciones los valores que desean inculcar, como la paciencia, el respeto y la honestidad. No se trata solo de decir lo que está bien, sino de mostrarlo con coherencia, creando un modelo a seguir que influye profundamente en la formación del niño.

Acción Ejemplo Montessori Beneficio
Hablar con respeto Usar un tono calmado y palabras amables Fomenta la autoestima y seguridad
Frases claras «Guarda los juguetes en la caja» Mejora la comprensión y la cooperación
Observar sin interrumpir Escuchar sus inquietudes antes de responder Fortalece el diálogo y la confianza
Comunicar con el ejemplo Mostrar respeto en las propias acciones Inculca valores de forma natural

Importancia de un lenguaje respetuoso para el desarrollo emocional infantil

El modo en que nos dirigimos a los niños no solo transmite información, sino que construye su autoimagen y autoestima. Utilizar un lenguaje respetuoso fomenta un ambiente seguro y afectivo donde los pequeños se sienten valorados y escuchados. Esto es fundamental para que desarrollen confianza en sí mismos y en quienes los rodean, promoviendo así una inteligencia emocional sólida desde los primeros años.

Cuando empleamos palabras amables y constructivas, ayudamos a los niños a identificar y gestionar sus emociones con mayor facilidad. Frases que reconocen sus esfuerzos y emociones -como «veo que te esfuerzas mucho» o «entiendo que te sientas así»- facilitan la expresión emocional y evitan que se repriman sentimientos que podrían derivar en inseguridad o ansiedad.

Beneficios esenciales del lenguaje respetuoso en la infancia:

  • Refuerza la autoestima y el amor propio.
  • Promueve la empatía y la comprensión interpersonal.
  • Favorece la autonomía y la toma de decisiones consciente.
  • Reduce la respuesta ante situaciones conflictivas o frustrantes.
  • Genera un vínculo emocional positivo con los adultos y pares.

En la práctica Montessori, se potencia la comunicación basada en el respeto mutuo, lo que contribuye a que los niños se sientan protagonistas de su propio aprendizaje emocional. La palabra empleada con consideración acompaña y guía sin imponer, fomentando la libertad responsable y un autocontrol saludable que acompañan el crecimiento integral y equilibrado.

Lenguaje respetuoso Lenguaje autoritario
«¿Puedes intentar de nuevo?» «Hazlo bien esta vez.»
«Veo que estás esforzándote mucho.» «No te distraigas y trabaja rápido.»
«Está bien sentirse triste a veces.» «No llores, eso no es para niños.»
«Gracias por compartir tus ideas.» «Escucha y haz lo que te digo.»

Claves para escuchar activamente y fomentar la confianza en el niño

Para establecer un vínculo sólido con los niños, es fundamental practicar una escucha genuina que vaya más allá de oír sus palabras. La atención plena a sus expresiones y emociones crea un espacio seguro donde el niño se siente respetado y valorado. Observar sus gestos, tono y pausas permite captar mensajes implícitos que, muchas veces, hablan más que las palabras mismas.

Un elemento clave es evitar interrumpir o anticipar sus ideas. Deja que el pequeño complete su pensamiento sin prisa, mostrando con gestos o palabras cortas que estás presente, por ejemplo, asintiendo o usando frases breves como «entiendo» o «cuéntame más». Este tipo de respuestas activa en el niño la motivación para expresarse con libertad y confianza.

La empatía juega un papel esencial dentro del diálogo respetuoso. Reconocer y validar sus sentimientos, incluso cuando no coincidan con nuestra perspectiva adulta, fortalece su autoestima y seguridad emocional. Frases como «veo que eso te preocupa» o «es normal sentirse así» abren las puertas a la comprensión y al apoyo mutuo, cimentando una relación afectiva basada en la confianza.

En ocasiones, formular preguntas abiertas estimula que el niño amplíe su razonamiento y fomenta su autonomía para decidir y pensar por sí mismo. Preguntas como «¿qué opinas tú?» o «¿cómo te gustaría resolverlo?» invitan a la reflexión y demuestran un interés sincero en su mundo interno, consolidando un vínculo colaborativo y respetuoso.

Práctica Beneficio
Atención plena Genera sensación de seguridad y apoyo.
No interrumpir Favorece la expresión auténtica.
Validación emocional Refuerza la autoestima y confianza.
Preguntas abiertas Potencian la autonomía y reflexión.
Lenguaje corporal positivo Transmite aceptación y cercanía.

Estrategias efectivas para expresar instrucciones claras sin generar conflicto

Para conseguir que los niños comprendan y sigan las indicaciones sin resistencia, es vital emplear un lenguaje positivo y seguro. En lugar de decirle qué no hacer, expresa lo que esperas que realice. Por ejemplo, mejor que «No corras», utiliza «Camina despacio, por favor». Esta estrategia evita confrontaciones y dirige su acción hacia un comportamiento adecuado, fomentando un ambiente de respeto y colaboración.

Además, es fundamental adaptar las instrucciones al nivel de desarrollo del niño, usando palabras sencillas y frases cortas que sean fáciles de entender. Utiliza un tono calmado y amable, que invite a la escucha activa, y acompaña las palabras con gestos o demostraciones claras. De esta manera, el mensaje se vuelve accesible y tangible, facilitando su asimilación y disminuyendo la frustración ante posibles dudas.

El uso de preguntas abiertas en lugar de órdenes directas incrementa la autonomía y el interés del niño por cumplir la tarea. Por ejemplo, en lugar de «Guarda tus juguetes», podrías decir «¿Dónde crees que podemos guardar estos juguetes para que no se pierdan?». Esto incentiva su pensamiento crítico y hace que se sientan parte del proceso, evitando el conflicto y reforzando su autoestima.

Incorporar opciones limita el sentido de imposición y potencia la libertad responsable. Proponer dos o tres alternativas coherentes con la situación da al niño la posibilidad de decidir, lo que aumenta la probabilidad de colaboración. Un ejemplo práctico sería: «¿Quieres ponerte el abrigo azul o el rojo para salir?». De esta forma, se promueve la toma de decisiones sin renunciar a las indicaciones necesarias.

Tabla comparativa de enfoques comunicativos

Enfoque tradicional Enfoque Montessori Resultado esperado
Órdenes directas y autoritarias Instrucciones claras con respeto Cooperación sin resistencia
Lenguaje negativo y prohibitivo Comunicación positiva y afirmativa Mejor comprensión y disposición
Imposición sin opciones Ofrecer alternativas controladas Desarrollo de autonomía

Utilizar preguntas abiertas para estimular la curiosidad y el pensamiento crítico

Inculcar en los niños el hábito de cuestionar el entorno que los rodea es un pilar fundamental para su desarrollo integral. En lugar de proporcionar respuestas inmediatas, es más eficaz plantearles interrogantes que despierten su curiosidad natural. Así, el diálogo se transforma en una experiencia activa donde el pequeño explora, investiga y construye su propio conocimiento, fortaleciendo su pensamiento crítico.

Las preguntas abiertas invitan a los niños a reflexionar y a examinar múltiples perspectivas, promoviendo una comunicación más rica y profunda. Por ejemplo, en vez de decir «¿te gusta este juego?», podemos preguntar «¿qué te llama más la atención de este juego?» o «¿cómo crees que funciona?». Este tipo de preguntas no solo estimulan la imaginación sino que también enseñan a los niños a argumentar y a explicar sus ideas.

Una herramienta práctica para implementar este método es utilizar preguntas que comiencen con palabras como:

  • ¿Por qué…?
  • ¿Cómo…?
  • ¿Qué pasaría si…?
  • ¿De qué manera…?
  • ¿Cuál es tu opinión sobre…?

Estas frases invitan al diálogo abierto y evitan respuestas cerradas de sí o no, creando espacios de aprendizaje genuinos y recíprocos.

Para ilustrar el impacto positivo de este enfoque, presentamos una comparación entre preguntas cerradas y abiertas, resaltando el beneficio de cada una en el proceso educativo:

Tipo de pregunta Ejemplo Beneficio
Cerrada ¿Te gustó el dibujo? Respuesta rápida, limitada
Abierta ¿Qué partes del dibujo te gustaron más y por qué? Estimula la reflexión y el lenguaje

Adoptar esta técnica transforma la relación educativa en un proceso dinámico y respetuoso, donde el niño se siente valorado y motivado a desarrollar habilidades cognitivas esenciales. El papel del adulto se convierte en el de un facilitador que acompaña sin imponer, generando conexiones más fuertes y un aprendizaje significativo.

El poder del tono de voz y el lenguaje corporal en la conexión con los niños

El tono de voz que utilizamos al hablar con los niños es mucho más que un simple vehículo para transmitir palabras; es un poderoso canal emocional que puede fortalecer o debilitar el vínculo que construimos con ellos. María Montessori enfatizaba la importancia de usar una voz serena, cálida y respetuosa para crear un ambiente seguro y receptivo, en donde el niño se sienta valorado y comprendido. Una entonación suave no solo calma, sino que también invita a la confianza, mientras que un tono áspero o elevado puede generar ansiedad o rechazo.

Junto al tono, el lenguaje corporal actúa como un complemento esencial que refuerza el mensaje que deseamos comunicar. Gestos abiertos, posturas relajadas y contacto visual respetuoso transmiten atención plena y empatía. En contraste, cruzar los brazos, mirar distraídamente o alejarse físicamente puede interpretarse como desinterés o desaprobación, disminuyendo la conexión emocional. El cuerpo, en su comunicación no verbal, habla tan alto o más que las palabras.

En la práctica diaria, es importante recordar que los niños captan con gran sensibilidad los matices no verbales. Por ello, mantener una coherencia entre lo que decimos y cómo lo expresamos es fundamental. Por ejemplo, si pedimos calma con un tono firme pero una postura amable y mirada cercana, el mensaje se percibirá como un llamado al respeto y no como una imposición autoritaria. Esta coherencia fortalece la confianza y el deseo del niño por responder positivamente.

Para facilitar la conexión, puedes incorporar estas pautas prácticas en tu comunicación cotidiana:

  • Modera el volumen: Ajusta la intensidad de tu voz según la situación, evitando tanto susurros inaudibles como gritos intimidantes.
  • Usa pausas significativas: Espaciar las palabras permite que el niño procese la información con tranquilidad y sienta tu atención concentrada.
  • Sostén la mirada sin imponer: Mirar a los ojos con dulzura transmite respeto y presencia sin generar presión.
  • Descrubre y refleja emociones: Acompaña la expresión corporal que muestre empatía, por ejemplo, asentir con la cabeza o inclinarse ligeramente hacia el niño.
  • Sorprende con sonrisas auténticas: Una sonrisa sincera abre puertas emocionales y refuerza el lazo afectivo.
Elemento Recomendación Montessori Impacto en el niño
Tono de voz Sereno y uniforme Genera seguridad y atención
Lenguaje corporal Gestos abiertos y mirada amable Refuerza la empatía y el respeto
Volumen Adecuado al momento Facilita la conexión emocional
Coherencia verbal y no verbal Fundamental para confianza Evita confusión y rechazo

Fomentar la autonomía a través de un diálogo empático y motivador

Uno de los pilares para que el niño desarrolle una autonomía sana es el poder expresar sus pensamientos y emociones en un ambiente que promueva la comprensión genuina. Esto solo es posible cuando el adulto se convierte en un modelo de escucha activa y responde con frases que valoren tanto sus ideas como sus esfuerzos. Por ejemplo, en lugar de imponer órdenes, mostrar interés con preguntas como «¿Qué te gustaría hacer ahora?» o «¿Cómo crees que podemos resolverlo juntos?» incentiva la capacidad de decidir y fomenta la confianza en sí mismo.

La empatía en la comunicación diaria no solo significa entender lo que se dice, sino también captar el mundo interior del niño. Hay que aprender a descifrar sus emociones detrás de cada palabra, respetando su ritmo y sin acelerar sus respuestas. Esta atención delicada genera un clima seguro donde el pequeño se siente valorado y aceptado, una condición indispensable para que el proceso de autogobierno florezca con naturalidad.

Para motivar la autonomía, es esencial que el adulto evite las críticas y los juicios que pueden inhibir la iniciativa. En vez de enfocarse en lo que el niño hizo mal, se debe subrayar qué logró y cómo puede mejorar por sí mismo. Así, se cultiva un sentido positivo del error y se incentiva la búsqueda de soluciones propias, a la vez que se fortalece su autoestima y capacidad resolutiva.

En la práctica, esto implica implementar un lenguaje que sea alentador y constructivo, con expresiones que subrayen el esfuerzo y la creatividad, tales como:

  • «Veo que estás poniendo mucho empeño en esto, ¡qué bien!»
  • «¿Quieres intentar hacerlo de otra manera? Yo te acompaño.»
  • «Me encanta cómo estás explorando esa idea.»

Asimismo, enseñar opciones concretas en vez de mandar órdenes fomenta la autonomía funcional, haciéndole sentir protagonista de sus decisiones cotidianas. Esta práctica estimula la responsabilidad y el pensamiento crítico, pilares fundamentales que María Montessori defendía para el desarrollo de niños libres y conscientes.

Errores comunes al hablar con los niños y cómo evitarlos según Montessori

Uno de los errores más frecuentes al comunicarse con los niños es el uso excesivo de órdenes y prohibiciones. Desde la perspectiva Montessori, esta práctica limita la autonomía y crea una barrera en la conexión emocional. En lugar de imponer, es preferible ofrecer alternativas y explicaciones que fomenten la reflexión y el entendimiento. Por ejemplo, en vez de decir «no corras», se puede sugerir «caminar despacio para evitar accidentes», promoviendo un diálogo abierto y respetuoso.

Otro fallo común es emplear un lenguaje demasiado complejo o confuso. Hablar a los niños con frases largas o conceptos abstractos dificulta su comprensión y puede generar frustración. Montessori recomienda utilizar un vocabulario claro, conciso y adaptado a la edad, facilitando que el pequeño participe activamente en la conversación y desarrolle su capacidad lingüística de forma natural.

La crítica constante y la ridiculización son también prácticas contraindicadas. Estos errores dañan la autoestima y la confianza del niño, y paralizan su deseo de expresarse. En cambio, Montessori sugiere un enfoque basado en la observación objetiva y el elogio sincero, valorando los esfuerzos y los logros sin recurrir a etiquetas negativas.

Asimismo, es habitual que los adultos interrumpan o terminen las frases de los niños, sin brindarles el espacio necesario para expresarse plenamente. Esta actitud desmotiva y limita la espontaneidad comunicativa. Respetar los tiempos del niño, escucharlo atentamente y esperar su turno favorece una relación más empática y un desarrollo verbal sólido.

Error común Impacto negativo Alternativa Montessori
Uso excesivo de órdenes Pérdida de autonomía Ofrecer opciones explicadas
Lenguaje complejo Dificultad para comprender Palabras claras y adaptadas
Críticas constantes Baja autoestima Elogios objetivos
Interrupciones frecuentes Desmotivación para hablar Escuchar sin interrumpir

Beneficios de adaptar el vocabulario a la edad y nivel de comprensión del niño

Al seleccionar cuidadosamente las palabras adecuadas para la edad y la comprensión de un niño, se fomenta un ambiente de comunicación donde el pequeño se siente respetado y entendido. Este ajuste no solo mejora la capacidad de aprendizaje, sino que también fortalece la confianza y la autoestima del niño, pues experimenta que su interlocutor se adapta a su mundo y no espera que él se adapte a un lenguaje complejo o abstracto.

Además, al utilizar un vocabulario acorde a su desarrollo, se potencia la curiosidad natural y el deseo de explorar el lenguaje. Esto impulsa a los niños a expresar sus ideas con mayor precisión y a ampliar progresivamente su conocimiento lingüístico sin frustraciones. La comunicación se vuelve una experiencia enriquecedora y motivadora, donde cada conversación se convierte en una oportunidad para crecer.

Un aspecto fundamental es que, al adaptar el lenguaje, se facilita la comprensión de conceptos fundamentales y se evita la saturación de información que puede generar rechazo o desinterés. Cuando un niño entiende todo lo que se le dice, no solo escucha, sino que procesa, razona y participa activamente. Aquí radica la base para un aprendizaje significativo y auténtico.

Beneficios claros de una comunicación ajustada al nivel infantil:

  • Mejora la comprensión y retención de información.
  • Favorece el desarrollo del pensamiento crítico y el razonamiento lógico.
  • Potencia la conexión emocional entre el adulto y el niño.
  • Reduce la ansiedad o inseguridad frente a nuevos aprendizajes.
  • Estimate la autonomía y autoexpresión auténtica.
Edad Tipo de lenguaje recomendado Ejemplo adaptado
2-3 años Palabras simples y frases cortas «Mira el perro. Está corriendo.»
4-5 años Oraciones más elaboradas y vocabulario descriptivo «El perro grande juega en el parque.»
6-7 años Conceptos abstractos sencillos y preguntas abiertas «¿Por qué crees que el perro corre tan rápido?»

Consejos prácticos para integrar la comunicación consciente en el día a día familiar

Crear momentos de escucha activa es fundamental para un diálogo respetuoso y auténtico con los niños. Dedica unos minutos diarios sin distracciones, donde cada miembro de la familia pueda expresar sus emociones y pensamientos. Practicar la atención plena ayuda a comprender mejor sus necesidades y a responder con empatía, fomentando un ambiente de confianza y seguridad emocional.

Adopta un lenguaje claro, sencillo y positivo para dirigir tus mensajes. Evita las órdenes directas o formulaciones negativas y opta por frases que inviten al respeto y la colaboración, como por ejemplo:

  • «Por favor, recoge tus juguetes para que podamos seguir jugando juntos».
  • «¿Quieres ayuda para organizar tus cosas?»
  • «Cuando termines de comer, podremos leer ese cuento que tanto te gusta».

Respeta los silencios y el ritmo de comprensión de cada niño. La paciencia y la repetición con calma son claves para que interioricen los mensajes sin sentirse presionados. A veces, un gesto amable o una sonrisa son más eficaces que mil palabras para conectar y motivar cambios positivos en su comportamiento.

Incorpora rutinas familiares que promuevan la comunicación consciente, como la mesa compartida sin dispositivos electrónicos, donde todos puedan dialogar libremente. Estas prácticas fortalecen el vínculo emocional, permiten detectar inquietudes tempranas y facilitan una resolución de conflictos basada en el respeto mutuo y la escucha activa.

Práctica Beneficio Ejemplo sencillo
Escucha activa Genera confianza y comprensión Preguntar: «¿Cómo te sientes hoy?»
Lenguaje positivo Fomenta el respeto y la colaboración Decir: «Gracias por ayudarme»
Paciencia y silencio Facilita la interiorización del mensaje Esperar a que termine de hablar sin interrumpir
Rutinas sin distracciones Fortalece el vínculo y el diálogo Comer juntos sin móviles ni pantallas

Q&A

Preguntas frecuentes: Cómo hablar a los niños según María Montessori

1. ¿Por qué es importante hablar a los niños con respeto según María Montessori?
Para María Montessori, el respeto en la comunicación con los niños es fundamental para fomentar su autonomía y autoestima. Hablar con un lenguaje claro, calmado y sin condescendencia les ayuda a sentirse valorados como individuos capaces, lo que potencia su confianza y ganas de aprender. Además, el respeto en la palabra crea un vínculo afectivo sólido, esencial para su desarrollo emocional y social.

2. ¿Cuáles son las características de un lenguaje adecuado para niños según el método Montessori?
El lenguaje Montessori se caracteriza por ser sencillo, concreto y positivo. Evita las órdenes impositivas o negativas, y en cambio utiliza frases afirmativas que orientan de manera amable. También apuesta por nombres propios y explicaciones breves que el niño pueda entender y reproducir, estimulando así su comprensión y su autonomía al seguir instrucciones y descubrir el mundo.

3. ¿Cómo puedo fomentar la comunicación efectiva con mi hijo siguiendo las claves de Montessori?
Para conectar mejor con los niños a través de la comunicación, es esencial escuchar activamente, mostrar empatía y usar un tono amable y respetuoso. María Montessori recomendaba dar tiempo a los pequeños para expresar sus ideas sin interrupciones, validar sus sentimientos y evitar frases que desmotiven o frustren. Así, se construye un diálogo basado en la confianza y en el reconocimiento de sus capacidades.

4. ¿De qué manera el entorno y las palabras influyen en el desarrollo del niño según Montessori?
Montessori sostiene que el entorno preparado, tanto físico como lingüístico, moldea la mente del niño. Cuando las palabras son utilizadas para describir el entorno con precisión y cariño, el niño desarrolla un pensamiento lógico y una mayor comprensión. El lenguaje que escucha y usa diariamente actúa como herramienta para estructurar su realidad, facilitando su aprendizaje y crecimiento integral.

5. ¿Qué errores comunes debo evitar al hablar con niños para no afectar su aprendizaje según Montessori?
Uno de los errores más comunes es el uso de órdenes sin explicación o palabras descalificadoras que pueden inhibir la curiosidad y la iniciativa del niño. También conviene evitar simplificar en exceso el habla, pues esto limita su vocabulario y capacidad expresiva. Según Montessori, es imprescindible evitar interrupciones constantes y frases negativas que generen miedo o inseguridad, ya que afectan negativamente su desarrollo emocional y cognitivo.


Estas preguntas y respuestas te ayudarán a aplicar eficazmente las enseñanzas de María Montessori, mejorando la comunicación con tus hijos y fortaleciendo su crecimiento personal. Hablar con respeto, atención y claridad es la base para una educación consciente y amorosa.

Para concluir

En definitiva, hablar a los niños siguiendo las enseñanzas de María Montessori nos invita a cultivar una comunicación respetuosa, paciente y auténtica. Al aplicar estas cinco claves esenciales -escuchar activamente, usar un lenguaje claro y positivo, ofrecer opciones, fomentar la autonomía y mostrar empatía- podemos conectar de manera más profunda y eficaz con los pequeños, fortaleciendo su confianza y su desarrollo emocional. Te animamos a poner en práctica estos consejos para transformar tu relación diaria con los niños y convertir cada diálogo en una oportunidad de crecimiento mutuo.

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