5 tareas domésticas Montessori que desarrollan habilidades clave

Las 5 tareas domésticas Montessori que desarrollan habilidades clave son mucho más que simples actividades para niños; son herramientas poderosas para fomentar la autonomía, la concentración y la coordinación desde temprana edad. En un mundo donde el aprendizaje práctico se valora cada vez más, incorporar estas tareas en la rutina familiar puede transformar el desarrollo de los pequeños de manera natural y efectiva. Si buscas métodos que ayuden a tu hijo a ganar confianza y adquirir destrezas esenciales para su crecimiento, este enfoque te interesa. En este artículo descubrirás cómo estas tareas, cuidadosamente diseñadas según los principios Montessori, no solo mejoran habilidades motoras y cognitivas, sino que también promueven valores como la responsabilidad y el orden. Al leerlo, aprenderás cuáles son las actividades más recomendadas para distintas etapas del desarrollo y cómo implementarlas en casa para potenciar al máximo el potencial de tus hijos. Prepárate para transformar las labores cotidianas en oportunidades de aprendizaje significativas que marcarán una diferencia duradera en su formación integral.

Tabla de contenido

Ventajas de incorporar tareas domésticas Montessori en la educación de los niños

Integrar tareas domésticas al método Montessori potencia la autonomía y la autoestima de los niños, ya que les permite sentirse competentes y valorados en su entorno familiar. Al participar activamente en las labores del hogar, los pequeños desarrollan un sentido de responsabilidad que perdura lifelong. Esta independencia temprana fomenta la confianza en sí mismos y la capacidad de enfrentar desafíos con una actitud proactiva y positiva.

Además, estas actividades mejoran la coordinación motriz fina y gruesa, fundamentales para el desarrollo físico y cognitivo. Al manipular objetos cotidianos -como paños, utensilios o plantas- los niños perfeccionan habilidades manuales esenciales que también benefician su rendimiento escolar, especialmente en áreas como la escritura y el dibujo. Este aprendizaje práctico y vivencial es mucho más eficaz que el simple seguimiento de órdenes.

Otro aspecto clave es la formación de hábitos saludables y el cuidado del entorno. Al encargarse de pequeñas tareas, los niños interiorizan valores como el orden, la limpieza y el respeto por los espacios compartidos. Esto genera un impacto positivo en la convivencia familiar y en la percepción que tienen sobre su propia capacidad para contribuir al bienestar común, fortaleciendo además la conexión emocional con los miembros del hogar.

Desde un punto de vista pedagógico, las tareas domésticas Montessori ofrecen un enfoque multisensorial que estimula diversas áreas cerebrales. A través de actividades diseñadas para ser atractivas y desafiantes, los niños mejoran habilidades cognitivas fundamentales -como la concentración, la memoria y la resolución de problemas- de forma natural y espontánea, sin la presión típica del aprendizaje tradicional.

Ventaja Beneficio principal Impacto en el niño
Autonomía Fomenta independencia Mayor autoconfianza
Motricidad Desarrollo físico y mental Mejora habilidades manuales
Hábitos saludables Orden y limpieza Contribución al ambiente familiar
Capacidades cognitivas Concentración y memoria Aprendizaje efectivo y natural
Valores sociales Respeto y responsabilidad Más empatía y colaboración

Cómo las actividades prácticas desarrollan la autonomía y responsabilidad infantil

Involucrar a los niños en tareas domésticas prácticas fomenta el sentido de autonomía indispensable para su desarrollo. Al realizar actividades adecuadas a su edad, los pequeños aprenden a tomar decisiones y a organizar su tiempo, fortaleciendo así su independencia. Este proceso gradual les permite experimentar la satisfacción de lograr objetivos por sí mismos, lo cual estimula su autoestima y confianza personal.

Además, al asignar responsabilidades concretas, los niños internalizan la importancia del compromiso y la disciplina. Entender que sus acciones tienen un impacto directo en el entorno familiar promueve un sentido de responsabilidad genuino y duradero. La repetición consciente de estas actividades ayuda a convertir hábitos útiles en parte de su rutina diaria, consolidando habilidades para la vida futura.

Las actividades prácticas Montessori destacan por su enfoque respetuoso y estructurado, brindando claras instrucciones y materiales adaptados. Esto facilita que el niño pueda seguir cada paso con seguridad y evitar frustraciones innecesarias, fomentando su capacidad de concentración y perseverancia. De este modo, cada tarea se convierte en una oportunidad para desarrollar un equilibrio entre libertad y orden.

Incluir a los niños en la planificación y ejecución de las tareas domésticas también promueve el trabajo en equipo y la empatía. Comprenden la importancia de contribuir al bienestar común y valoran el esfuerzo compartido. Estos aprendizajes influirán positivamente en su relación con los demás y en su sentido de pertenencia dentro del núcleo familiar.

Habilidad desarrollada Ejemplo Montessori Beneficio clave
Autonomía Vestirse solo Fomenta la independencia
Organización Preparar la mesa Desarrolla responsabilidad
Concentración Regar plantas Mejora la atención
Disciplina Guardar juguetes Impulsa hábitos constantes
Colaboración Lavar verduras Fortalece el trabajo en equipo

El papel de las tareas del hogar en el aprendizaje sensorial y la motricidad fina

Involucrar a los niños en las tareas domésticas es mucho más que una ayuda para el hogar; es una práctica esencial que estimula el desarrollo sensorial y la destreza manual. Cada actividad cotidiana, desde doblar la ropa hasta preparar una merienda sencilla, ofrece una oportunidad para afinar la percepción táctil, visual y proprioceptiva. Así, el niño no solo aprende a colaborar, sino que fortalece habilidades clave para un aprendizaje integral.

Al manipular objetos con diferentes texturas y tamaños, los pequeños perfeccionan su motricidad fina, indispensable para actividades futuras como la escritura o el uso preciso de herramientas. Por ejemplo, al coger cucharas, cerrar cierres o apretar botones, ejercitan músculos pequeños de las manos y mejoran la coordinación ojo-mano, consolidando conexiones neurológicas básicas.

Entre las tareas que potencian estas habilidades destacan:

  • Clasificar cubiertos o prendas por tamaño y función.
  • Regar plantas con regaderas que requieren control del flujo de agua.
  • Limpiar superficies con paños de diferentes texturas.
  • Armar y desarmar juguetes o utensilios sencillos de cocina.
  • Preparar ingredientes para una receta bajo supervisión.

Una tabla comparativa puede ilustrar cómo distintas tareas trabajan variados aspectos sensoriales y motores:

Tarea Habilidad sensorial Motricidad fina Aprendizaje asociado
Doblar ropa Textura y tamaño Pinza y coordinación Orden y concentración
Regar plantas Control líquido Prensión suave Responsabilidad
Clasificar cubiertos Forma y peso Manipulación precisa Discriminación visual
Limpieza con paño Textura y presión Movimiento dirigido Autonomía
Preparar alimentos Olor y textura Destreza y secuencia Paciencia y orden

La integración de estas pequeñas responsabilidades en la rutina diaria ayuda a cultivar una autonomía temprana y un autoconocimiento del cuerpo en movimiento. De este modo, se convierten en actos conscientes que aportan confianza y un sentido de logro, fundamentales para el bienestar emocional y el desarrollo cognitivo en la infancia temprana.

Consejos para enseñar a los niños a ordenar y limpiar con un enfoque Montessori

Fomentar en los niños la responsabilidad de mantener el orden no solo mejora su autonomía, sino que también refuerza su capacidad para concentrarse y organizar sus pensamientos. Lo esencial es ofrecerles herramientas accesibles y atractivas que despierten su interés y les permitan comprender que cada cosa tiene su lugar. Utilizar cajas etiquetadas con imágenes o colores facilita la asociación y ofrece una guía visual intuitiva.

La creación de rutinas diarias o semanales que incluyan momentos específicos para recoger y limpiar ayuda a transformar estas actividades en hábitos naturales, libres de resistencia. Para ello, es recomendable implementar un calendario de tareas visual en un sitio visible, donde los niños puedan marcar sus logros. Esto potencia la sensación de logro y les anima a participar de manera constante y efectiva.

Un enfoque clave es apostar por una presentación cuidadosa que invite a la acción. Por ejemplo, colocar los materiales de limpieza a su altura y en envases ligeros les transmite que pueden hacerlo por sí mismos sin riesgos o dificultades. Además, explicar con un lenguaje sencillo y positivo las instrucciones paso a paso promueve su comprensión y evita frustraciones.

Incluir juegos o desafíos relacionados con el orden puede transformar la tarea en una experiencia lúdica y enriquecedora. Algunas ideas pueden ser carreras de clasificación de objetos, competiciones para limpiar en un tiempo determinado, o historias que involucren la imaginación mientras se recogen juguetes. Estos pequeños ejercicios estimularán su motivación intrínseca y desarrollarán habilidades sociales como la cooperación y el respeto.

Consejo Beneficio Ejemplo práctico
Materiales accesibles Autonomía y confianza Estantes bajos con cestas etiquetadas
Rutinas visuales Constancia y orden Calendarios con pictogramas
Instrucciones claras Comprensión y seguridad Guías paso a paso en tarjetas
Juegos educativos Motivación y aprendizaje Competencias para recoger rápido
Ambiente preparado Facilidad y autonomía Utensilios al alcance de los niños

Promover el cuidado personal y la independencia a través de actividades domésticas

Involucrar a los niños en las tareas domésticas desde temprana edad fomenta no solo su autonomía, sino también su autoestima. A través de actividades como ordenar sus juguetes o ayudar en la cocina, los pequeños aprenden a gestionar responsabilidades, lo que facilita un sentido profundo de autoeficacia. Cuando asumen estas tareas, internalizan la importancia del cuidado personal y del entorno familiar, aspectos fundamentales para su desarrollo integral.

Estas prácticas vuelven tangible el aprendizaje al permitir que los niños experimenten rutinas diarias con atención y concentración. Además, al realizar actividades como el lavado de platos o la ropa bajo supervisión, se fortalece la motricidad fina y la coordinación, lo que contribuye a una mejor capacidad para resolver problemas cotidianos. Se trata de un proceso gradual que impulsa la independencia y la confianza en sus capacidades.

Es vital que las tareas sean adecuadas a la edad y al nivel de desarrollo de cada niño, para evitar frustraciones y mantener la motivación. Para ello, es recomendable presentar las actividades con instrucciones claras y material accesible, lo que facilita la comprensión y la ejecución autónoma. Así, se consolidan hábitos saludables que perdurarán en la vida adulta, promoviendo estilos de vida más responsables.

Beneficios clave del cuidado personal y la independencia mediante tareas domésticas:

  • Desarrollo de habilidades prácticas y cognitivas
  • Estimulación de la autonomía y la autosuficiencia
  • Mejora de la autoestima y la disciplina personal
  • Fortalecimiento del sentido de pertenencia y la responsabilidad familiar
  • Fomento del orden y la organización cotidiana
Actividad Habilidad desarrollada Edad recomendada
Preparar la merienda Coordinación y responsabilidad 3-5 años
Regar plantas Paciencia y cuidado ambiental 4-6 años
Colocar la mesa Orden y concentración 3-7 años
Doblar ropa Motricidad fina 5-8 años
Limpiar superficies Autonomía y consistencia 4-7 años

Ejemplos de tareas cotidianas que fortalecen la concentración y la paciencia en los pequeños

Involucrar a los niños en tareas cotidianas promueve no solo la autonomía, sino también el fortalecimiento de su concentración y paciencia. Actividades como doblar la ropa fomentan la atención al detalle y la precisión, al tiempo que requieren un ritmo tranquilo y constante. Esta práctica enseña a los pequeños a seguir un proceso paso a paso, desarrollando así su capacidad para enfocarse durante períodos sostenidos.

La tarea de regar las plantas es otra excelente opción para trabajar estas habilidades. Aquí, el niño aprende a manejar con cuidado el regador, controlando la cantidad de agua, lo que exige paciencia y coordinación. Este acto repetitivo pero metódico se convierte en una manera práctica de enseñarles a esperar resultados con calma y a valorar el tiempo que tarda en crecer una planta.

Preparar una simple tabla para la merienda también puede ser una fuente notable de concentración. Seleccionar y disponer los alimentos con orden, evitando accidentes, motiva al pequeño a planificar y ejecutar una tarea con detenimiento. Además, esta actividad ofrece un sentido inmediato de logro, reforzando la perseverancia y el orden personal.

Limpiar superficies, como mesas o estantes, requiere movimientos precisos y repetitivos que calman la mente y ayudan a canalizar la energía. Este tipo de labor invita a los niños a ser meticulosos y a comprender la importancia del cuidado del entorno, enseñándoles que la paciencia también se refleja en el mantenimiento diario del orden.

Tarea Beneficio principal Habilidad desarrollada
Doblar la ropa Precisión y orden Concentración y atención
Regar las plantas Coordinación motora fina Paciencia y control
Preparar la merienda Planificación y cuidado Enfoque y responsabilidad
Limpiar superficies Detallismo Constancia y disciplina

La importancia de la rutina y la repetición en el desarrollo de habilidades clave

El seguimiento constante de actividades específicas favorece el establecimiento de una rutina sólida, fundamental para que los niños interioricen destrezas esenciales. La repetición sistemática no solo mejora la memoria motora, sino que también desarrolla la concentración y la autodisciplina, pilares del aprendizaje autónomo.

Cuando un pequeño realiza una tarea doméstica Montessori una y otra vez, no está simplemente cumpliendo una función, sino fortaleciendo conexiones neuronales clave que facilitan la adquisición de habilidades cognitivas y emocionales. En este contexto, la constancia en la práctica actúa como un reaseguro, aumentando la confianza y la seguridad en sus propias capacidades.

Beneficios prácticos de la rutina y la repetición:

  • Mejora la coordinación motora fina y gruesa.
  • Fomenta la independencia y la autonomía personal.
  • Desarrolla la paciencia y la perseverancia.
  • Estimula la capacidad de observación y el pensamiento crítico.

Además, la repetición estructurada permite a los niños reconocer patrones y anticipar resultados, un aspecto clave en la resolución de problemas cotidianos. Al consolidar estos hábitos, el pequeño alcanza una mayor destreza, lo que se traduce en una autoestima reforzada y un entusiasmo creciente por afrontarse a nuevos retos.

Habilidad desarrollada Importancia durante la repetición Impacto a largo plazo
Coordinación motora Se perfecciona con cada práctica. Mejor desempeño en actividades físicas y manuales.
Concentración Se aumenta el tiempo de atención. Facilita el aprendizaje escolar y cotidiano.
Autonomía Refuerza la independencia gradual. Promueve la toma de decisiones y responsabilidad.
Memoria secuencial Se afianza la organización mental. Favorece la planificación y gestión del tiempo.

Materiales y herramientas ideales para facilitar tareas domésticas seguras y educativas

Para que las tareas domésticas se conviertan en experiencias enriquecedoras y seguras, es fundamental seleccionar materiales y herramientas adaptados a la edad y habilidades del niño. Optar por utensilios de tamaño reducido, con bordes redondeados y de materiales resistentes como el silicón o madera natural, garantiza una manipulación controlada y sin riesgos. Estas características fomentan la autonomía y estimulan la coordinación motora fina, esenciales en el desarrollo infantil.

Incorporar elementos visuales y táctiles aumenta la comprensión de las tareas y el interés del pequeño por participar activamente. Por ejemplo, recipientes transparentes para manipular ingredientes o etiquetas con pictogramas en los utensilios ayudan a identificar cada objeto, promoviendo la asociación visual con la función que desempeñan. Así, el aprendizaje se vuelve tangible y significativo, consolidando hábitos ordenados y atentos.

Además, utilizar herramientas que impliquen un diseño ergonómico favorece la postura correcta y la destreza manual. Pequeños trapos, cepillos de tamaño infantil y tablas de cocina con anti deslizantes son ideales para que el niño explore con autonomía mientras desarrolla habilidades motoras y sentido de responsabilidad. La seguridad es primordial, por lo que las herramientas deben evitar mecanismos complicados o elementos punzantes.

Es indispensable fomentar un entorno organizado y accesible, donde cada objeto tenga un lugar específico, visible y alcanzable para el niño. Establecer estaciones de trabajo adaptadas a su altura -como estantes bajos o mesas ajustables- facilita que la tarea se realice sin frustración ni intervenciones constantes. Este orden estimula la independencia y el orden mental, pilares del método Montessori.

Material Función educativa Seguridad
Utensilios de madera Estimulan el tacto y la coordinación Sin bordes cortantes
Recipientes transparentes Favorecen la observación y concentración Resistentes y ligeros
Cepillos y paños pequeños Fomentan hábitos de limpieza De materiales suaves
Etiquetas ilustradas Impulsan la lectura visual Adhesivas y no tóxicas
Estantes adaptados Promueven la autonomía al alcance Construidos con materiales seguros

Cómo motivar a los niños para que participen con entusiasmo en las tareas del hogar

Para incentivar a los niños a involucrarse en las tareas domésticas con alegría y compromiso, es fundamental entender qué despierta su interés y motiva su participación. Una estrategia efectiva es transformar las actividades en juegos o retos sencillos que estimulen su curiosidad y sentido de logro. Por ejemplo, convertir el orden del cuarto en una búsqueda del tesoro o establecer pequeños premios por completar cada tarea ayuda a que los más pequeños perciban el trabajo como una aventura divertida en lugar de una obligación tediosa.

Crear un ambiente de colaboración resulta clave para que el niño se sienta valorado y parte del equipo familiar. Al asignar responsabilidades adaptadas a su edad y habilidades, y al resaltar la importancia de su ayuda para el bienestar común, fortalecemos su autoestima y sentido de pertenencia. Además, la comunicación positiva y el reconocimiento sincero ante cada esfuerzo realizado fomentan una actitud proactiva y entusiasta, reforzando el vínculo afectivo durante la ejecución de las tareas.

Otra técnica poderosa es la demostración guiada. Mostrar paso a paso cómo hacer una actividad, con paciencia y detalle, les proporciona la seguridad necesaria para intentarlo por sí mismos. El método Montessori destaca la autonomía, por lo que es recomendable que los adultos observen desde la distancia, interviniendo solo cuando sea necesario, para cuidar que el niño descubra y aprenda a su ritmo, desarrollando habilidades prácticas y cognitivas simultáneamente.

Integrar rutinas diarias que incluyan tareas específicas no solo estructura el tiempo, sino que también crea hábitos duraderos. Los pequeños se acostumbran a participar porque saben qué esperar y cuándo hacerlo, lo cual mejora la disciplina y la responsabilidad. Puedes preparar un calendario visual con iconos coloridos donde el niño marque las tareas realizadas, potenciando así la motivación intrínseca a través del refuerzo visual y el sentido de progreso tangible.

Finalmente, es esencial ofrecer variedad y flexibilidad para evitar la monotonía. Alternar diferentes actividades y permitir que el niño elija entre algunas opciones disponibles incrementa su sentido de control y autonomía. Estas prácticas, combinadas con el respeto por sus intereses y tiempos, promueven una actitud positiva hacia las tareas domésticas, convirtiéndolas en una oportunidad valiosa para el desarrollo integral, la creatividad y la cooperación familiar.

Integrar hábitos saludables y valores familiares mediante la educación práctica Montessori

El enfoque Montessori no solo promueve la independencia y la autonomía en los niños, sino que también favorece la integración de hábitos saludables que fortalecen el bienestar familiar. Al incluir tareas domésticas en la rutina diaria, los pequeños aprenden a cuidar su entorno y su cuerpo, al mismo tiempo que interiorizan valores como la responsabilidad y el respeto. Este método práctico convierte la convivencia en un espacio de aprendizaje constante y significativo.

Involucrar a los niños en actividades como preparar alimentos, limpiar o cuidar de plantas no solo desarrolla su motricidad fina y la coordinación, sino que también refuerza la importancia de mantener una vida equilibrada. A través del ejemplo y la práctica continua, aprenden a valorar la higiene, la ordenación y la alimentación saludable como elementos esenciales para su crecimiento y el bienestar común.

Es fundamental que estas tareas se realicen en un ambiente de colaboración, donde cada miembro de la familia aporte desde sus capacidades, generando una atmósfera de apoyo y afecto. La educación práctica Montessori fomenta la empatía y el compromiso colectivo, demostrando que cada acción individual impacta positivamente en el hogar. Esto fortalece los lazos familiares y promueve un sentido profundo de pertenencia y cooperación.

Para facilitar esta integración, se recomienda crear un calendario sencillo y visual con tareas adaptadas a la edad de los niños. De esta forma, se promueve la constancia sin presiones, permitiendo que cada pequeño asuma responsabilidades a su ritmo y con orgullo. Este sistema fortalece la autodisciplina y el reconocimiento del esfuerzo personal como parte de un valor mayor: el cuidado mutuo.

Tarea doméstica Montessori Habilidad desarrollada Valores fomentados
Preparar meriendas saludables Motricidad fina, planificación Autonomía, alimentación sana
Organizar el área de estudio Orden, concentración Responsabilidad, respeto
Regar las plantas Cuidado, paciencia Empatía, respeto a la naturaleza
Limpiar y recoger objetos Coordinación, limpieza Orden, compromiso
Colaborar en el lavado de ropa Motricidad gruesa, secuenciación Trabajo en equipo, diligencia

Q&A

Preguntas frecuentes sobre las tareas domésticas Montessori que desarrollan habilidades clave

¿Por qué es importante que los niños realicen tareas domésticas según el método Montessori?
El método Montessori promueve la autonomía y el desarrollo integral del niño a través de actividades prácticas y cotidianas. Involucrar a los pequeños en tareas domésticas no solo les enseña responsabilidad, sino que también favorece habilidades fundamentales como la concentración, la coordinación motriz y la independencia. Al participar en estas actividades adaptadas a su edad, los niños fortalecen su autoestima y aprenden a cuidar su entorno con respeto y confianza.

¿Cuáles son algunas tareas domésticas Montessori adecuadas para niños pequeños?
Entre las tareas más recomendadas para los primeros años están: ordenar sus juguetes, regar plantas, preparar una merienda sencilla, limpiar con un trapo o doblar ropa ligera. Estas actividades fomentan la motricidad fina, la capacidad de seguir pasos y la comprensión de la importancia del cuidado personal y del hogar, aspectos esenciales para su desarrollo emocional y cognitivo.

¿Cómo adaptar las tareas domésticas Montessori a la edad y habilidades de cada niño?
La clave está en observar y respetar el ritmo natural de aprendizaje del niño, ofreciéndole tareas que le permitan sentirse capaz pero no abrumado. Por ejemplo, para los más pequeños, es útil usar utensilios y herramientas adaptadas a su tamaño y seguridad. A medida que crecen, se pueden introducir responsabilidades más complejas que requieran mayor concentración y destreza, garantizando siempre un ambiente ordenado y accesible que invite a la exploración autónoma.

¿Qué beneficios a largo plazo aporta incluir las tareas domésticas Montessori en la rutina diaria?
Incorporar estas labores en la vida diaria fomenta hábitos de orden y limpieza, aumenta el sentido de pertenencia y compromiso con el hogar, y desarrolla habilidades sociales al aprender a colaborar y compartir responsabilidades. Además, esta práctica constante fortalece la toma de decisiones y la resolución de problemas, habilidades esenciales para el éxito académico y personal en etapas posteriores.

¿Cómo motivar a los niños para que realicen las tareas domésticas sin que sea una obligación tediosa?
Es fundamental presentar las tareas como oportunidades divertidas y significativas, no como obligaciones o castigos. Crear rutinas con momentos específicos para estas actividades, utilizar un lenguaje positivo y ofrecer reconocimiento sincero por sus esfuerzos, genera motivación intrínseca. Además, involucrarlos en la elección de las tareas y permitirles ver el impacto de su colaboración en el hogar refuerza su sentido de logro y satisfacción personal.

Reflexiones finales

En definitiva, incorporar tareas domésticas Montessori en la rutina diaria de los niños es una manera efectiva y afectuosa de fomentar su autonomía, concentración y habilidades prácticas. Actividades como ordenar sus juguetes, preparar alimentos sencillos o cuidar las plantas no solo les brindan responsabilidades acordes a su edad, sino que también fortalecen su autoestima y capacidad para resolver problemas. Al ofrecerles un espacio seguro y guiado para participar en estas labores, estamos contribuyendo a su desarrollo integral y a la adquisición de destrezas que les serán útiles toda la vida.

Te animamos a poner en práctica estas sencillas tareas en casa y observar cómo tu hijo o hija crece en confianza y capacidad. ¿Has probado ya alguna de estas actividades? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios! Además, no olvides explorar otros artículos de nuestro sitio para seguir descubriendo estrategias Montessori y consejos prácticos para acompañar el aprendizaje de tus pequeños. Suscríbete a nuestra newsletter para recibir contenidos exclusivos y mantenerte siempre informado sobre cómo apoyar el desarrollo infantil de manera natural y respetuosa.

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